La respuesta a la tristeza del Salmo 42

Jesús es la respuesta. Cuando era adolescente vi, en algunas ocasiones, esa frase pintada en las paredes de la ciudad o pegada en letreros. La pregunta que me hacía era: ¿La respuesta a qué? Luego de caminar unos años con Él, puedo entender que definitivamente es la respuesta a las necesidades más profundas de la humanidad, incluyendo sus situaciones más profundas, como esos momentos en los que la tristeza te hace sentir sofocado y sumergido en ella. El autor del Salmo 42 lo entendió con claridad.

La semana pasada te invité a conocer la meditación bíblica y la oración como una respuesta a la enfermedad mental, que tan común resulta actualmente en nuestra sociedad, y una de las acciones que el Movimiento Sobredosis ha tomado respondiendo a la necesidad que Dios presenta ante nuestros ojos. Otra de las propuestas que presentamos en GRDN fue la canción Como la cierva, inspirada en el Salmo 42 y en Juan 4. Los textos son prácticamente extraídos de La Biblia, casi que literalmente. El coro de la canción contiene los dos primeros versículos del salmo:

Como el ciervo anhela las corrientes de agua,
Así suspira por Ti, oh Dios, el alma mía.
Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente;
¿Cuándo vendré y me presentaré delante de Dios?
(Sal. 42:1-2)

Así es como empieza el que algunos estudiosos han entendido como un salmo de lamentación y solo basta ojear algunas de sus frases para entenderlo: Mis lágrimas han sido mi alimento de día y de noche... A Dios, mi roca, diré: «¿Por qué me has olvidado? ¿Por qué ando sombrío por la opresión del enemigo?». El salmista parece decirnos que tiene una tristeza profunda y si leemos el salmo completo, entendemos cuál es: Necesita del encuentro con Dios. Le resulta tan fundamental como el agua para vivir y, no poder encontrarse con Él, no poder ir al templo (que era para ellos el lugar de encuentro) es lo que le genera esa tristeza. 

Pero el Dios vivo ha escuchado ese clamor. Aquí el salmista está usando la expresión Dios vivo, para compararle con los ídolos, que no tienen vida y que no pueden hacer nada respecto de las peticiones de sus adoradores. La respuesta del Dios viviente ha sido venir, Él mismo, a saciar la sed de la humanidad que le rechaza y que, a su vez, sufre por rechazarlo: como quien sufre de hidrofobia, pero ante su ausencia sufre y prontamente muere. El episodio de la samaritana en Juan 4 nos permite ver lo que hizo el Dios encarnado por la humanidad.  

Jesús le respondió: «Si tú conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: “Dame de beber”, tú le habrías pedido a Él, y Él te hubiera dado agua viva».
Jn. 4:10

De eso está compuesta la estrofa de nuestra canción. Un pequeño texto en una conversación que, como el salmista, conecta la metáfora del agua con el concepto de la adoración. La propuesta que la canción te hace es ponerte de acuerdo con Jesús: reconozco que tú eres el don de Dios, sé que solo tú puedes saciar esta sed, dame del agua viva que me quieres dar. Y el precoro recuerda a Juan 7:38, y el resultado de ponernos de acuerdo con Él, lo que en el Evangelio de Juan significa creer. Ese resultado es que, de nuestro interior, brote su vida.

En el puente de la canción, volvemos al Salmo 42: Dios derrama Su Espíritu sobre nuestro Espíritu, ola tras ola.

Dios le ha dado al Movimiento Sobredosis las herramientas para ayudar a saciar la sed de la humanidad, para solucionar la tristeza de estar lejos de Dios. Queremos compartir con cada ser en el planeta la experiencia de adoración que Él nos ha regalado y, si eres un miembro activo, te queremos invitar a que, además de vivirla, la compartas. Para terminar te quiero decir lo que ya te dije: permanece atento; pronto vendremos con una propuesta más del Espíritu Santo para que tu corazón pueda descansar en la presencia de Dios, esta vez basada en el Salmo 23: Solo te adelantamos que Jesús sigue siendo la respuesta. No dejes de seguirnos en nuestras redes y de escucharnos en tu plataforma favorita.